Decía una vieja
canción de Ska-p,
tan acertada hoy como hace casi 20 años, “¡vaya sociedad pasiva!,
amigo mío, hay que luchar. Democracia significa que el
pueblo ha de gobernar.”
Dicen que estamos
viviendo una crisis de la democracia. Se gritan proclamas del tipo
“democracia real ya” o “lo llaman democracia y no lo es”. Se
demanda recuperar la soberanía popular: por ejemplo, los movimientos
Ganemos defienden devolver las instituciones
municipales a los ciudadanos y para ello piden a estos que se
impliquen en la política, lo cual va mucho más allá de depositar
su voto en la urna. Y, claro, se habla del derecho del pueblo a
decidir y de la necesidad de “educar” a los ciudadanos para la
participación “activa”.
Lo que me pregunto es
¿y el pueblo quiere (gobernar)? Y si es que sí, ¿puede?
La democracia es la
soberanía del pueblo. Ante otros modelos organizativos donde un
individuo o un grupo son los que tienen el poder de establecer las
normas y el control de la sociedad, parece que la democracia es
efectivamente un buen invento. Es más, entraña unos principios
fundamentales como el reconocimiento de los derechos básicos a todos
los ciudadanos y la necesidad como sociedad de garantizar la libertad
y la capacidad de participar en la organización social de los más
débiles.
Esta soberanía se puede
ejercer de manera directa o indirecta.
La democracia directa
que muchos reclaman es hoy una utopía. ¿Por qué? Uno de los
aspectos clave es que hoy ciudadanos somos prácticamente todos. Dar
voz a todos, ¿es posible? Si sólo intervienen algunos y el resto se
secundan lo defendido por unos u otros ¿no es ya indirecta? Pero,
sobre todo, ¿es posible abarcar todas y cada una de las decisiones
que se deben tomar en la organización social en todos y cada uno de
los niveles (municipal, provincial, regional, estatal)?
Ni si quiera con internet
como vehículo para que la ciudadanía participe en las decisiones
políticas, podría llevarse a cabo.
En parte también porque,
en la antigua Grecia, les venían de perlas los esclavos para el
ejercicio de la democracia ya que eran los que realizaban el trabajo
y los ciudadanos (cuatro gatos) podían reunirse, debatir, convencer
y decidir. ¿Es posible actualmente estar informado de todo para
tener un criterio sobre todo?
Ciudadanos y no ciudadanos en la antigua Grecia |
Algunos sostienen que no
es necesario que haya una participación al 100%, pero que sí sería
ineludible que la gente se involucrarse más para llevarse menos las
manos a la cabeza, para lo cual tienen que tener el cauce para
hacerlo. De acuerdo, pero entonces no es democracia directa. Aunque,
como decía en el artículo anterior,
uno de los pilares de la sociedad es precisamente la sociedad civil,
que es otra forma de involucrarse y equilibrar las otras dos patas:
gobierno y sector privado.
La democracia
representativa o indirecta es hoy por hoy una opción necesaria.
Eso sí, debe enmarcarse dentro de los acuerdos de convivencia de la
sociedad que tienen su máximo exponente en la Constitución; también
tiene que respetar la legislación vigente, por lo menos hasta
cambiarla; porque la representación (aunque sea conseguida por
mayoría absoluta) nunca es total ni un cheque en blanco para los
electos que deben responder de las decisiones que toman ante los
ciudadanos y ante la justicia.
Parece de cajón, pero
hemos comprobado que no es así. Algunos servidores públicos se han
servido de lo público para su propio beneficio (luego no
representaban a nadie ni acataban las leyes o las esquivaban). Pero
esto cae, por suerte, bajo la acción de la justicia. Sin embargo, no
hay que olvidar a aquellos que han pensado que, una vez en el poder,
la voluntad del pueblo se diluye quedando sólo su voz lo que
conlleva no dar explicaciones a nadie, como mucho maldecir a las
circunstancias. El castigo de las urnas nos ha salido rana. Habrá
que pensar otro.
Tema aparte son ciertas
asunciones que hemos hecho de lo que es la democracia. Como no quiero
cansar, me limitaré a comentar tres.
La democracia debería
ser siempre la voluntad de la mayoría. Seguro que muchos estáis
asintiendo. Por supuesto, pero con ciertos límites que son los que
mandan la Constitución y las leyes. No puede ser que un grupo,
aunque sea mayoritario, se imponga a una minoría perjudicándole en
sus derechos básicos. La democracia debe favorecer el bien común,
no lo olvidemos.
El pueblo siempre
tiene razón. Ja y ja. El pueblo está formado por personas y las
personas se equivocan (Mirad los dirigentes que tenemos, por no ir
más lejos). La política tiene un gran componente pasional, no digo
más.
El pueblo tiene
derecho a decidir. Sí, claro. Y esto va por Cataluña. Eso sí,
no confundamos la parte con el todo. Una parte no puede ni tiene
derecho a decidir por el resto, faltaría más. Y todos somos, por
ser españoles, murcianos, catalanes, andaluces, riojanos y demás.
Luego es una decisión que nos compete a todos.
La democracia es una
vieja resabiada que se las conoce todas y sabe vestirse para cada
ocasión. ¿Dónde están hoy los filósofos para soñarla?
Como periodista a mí
hay una cosa que realmente me preocupa más que si es directa o
indirecta o si habilitamos plataformas en internet para la
participación ciudadana, ¿puede haber democracia sin información
libre y veraz? Ciertamente la objetividad es un ideal, pero ¿y el
rigor?
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