Cuando era una
chiguita, le explicaba vehementemente a mi mejor amiga Mariví que
estábamos a las puertas de un cambio histórico, que nuestra
sociedad estaba en crisis y que nosotras teníamos que estar ahí
liderando para marcar la nueva dirección.
A través de este
blog, quiero compartir con vosotros mi visión de la realidad; con
más humildad, pero con la misma ilusión que en aquellas
conversaciones.
Hoy son muchos los que
afirman que estamos ante una crisis económica, política, social y
ecológica. Estoy de acuerdo. Por eso precisamente no hemos de perder
de vista dos aspectos fundamentales.
Lo principal, sin duda,
es que lo más importante son las personas. No hay idea, creencia o
fin que justifique olvidar esta prioridad. Los dogmatismos son lacras
sociales que deben ser combatidas. Podemos refutar ideas, pero no
atacar a las personas que piensan de esa manera.
Y, si lo importante son
las personas, todos debemos aportar nuestro granito de arena
para mejorar la comunidad en la que vivimos. Somos seres sociales y
sin la sociedad no podríamos desarrollarnos plenamente. Nuestras
acciones y valores son parte de esa realidad, lo cual implica que
tenemos una responsabilidad hacia los demás.
En segundo lugar, hay que
recordar que no vivimos en la nada ni de la nada. La naturaleza
nos nutre y provee de cuanto necesitamos y es nuestra relación con
ella la que ha marcado las grandes eras de la humanidad. A través de
la inteligencia y el conocimiento hemos conseguido evolucionar
cambiando nuestra relación con ella. Tenemos la capacidad de
optimizar los recursos, de mejorar nuestras condiciones de vida, pero
también de destruirlo todo, de agotar los recursos y de robar el
futuro a las generaciones venideras.
La sostenibilidad, el
respeto por la naturaleza y la búsqueda de un equilibrio
entre nuestras necesidades y las posibilidades del planeta no es una
bagatela. No podemos cerrar los ojos y negar la realidad, porque
puede ser letal. No podemos ser una sociedad adolescente que se cree
a salvo de cualquier vicisitud y que vive ajena a sus
responsabilidades y a las consecuencias de sus actos.
Hace unos meses,
después de quitar el informativo porque me llevaban los demonios, me
dije que estaba cansada de quejarme sentada en el sofá. Llevaba
tiempo dándole vueltas y me afilié a EQUO porque la política es
una forma de trabajar por la comunidad y EQUO promueve una forma
diferente de hacer las cosas. También me gustó porque está en
formación, es fresco y tiene el futuro en sus manos. Pero ya
hablaremos de eso otro día.
Sin embargo, este no
es un blog de EQUO. Espero que las divergencias animen al debate.
Bienvenida al mundo de los blogs. Me gusta!
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